«Expertos en arquitectura y geografía urbana definen el centro ciudadano como un chillido de «desesperación» que abre una brecha en la «homogeneidad» de la ciudad.
(Diario Sur, Regina Sotorrío)
En el tiempo de la prórroga, a la espera de una segunda y última notificación de desalojo, La Invisible sigue reivindicando su identidad diferencial y única en el ecosistema cultural y urbanístico de la ciudad. Este miércoles lo hizo fuera de su entorno natural, más allá del patio que conecta la calle Nosquera con Andrés Pérez. Con el reto de llegar a aquellos que no suelen cruzar la puerta de la Casa, el encuentro se trasladó en esta ocasión al foro abierto que ofrece el salón de actos del Ateneo. En este contexto, bajo el paraguas de «La Casa Invisible: un nuevo modo de re-habitar y rehabilitar la ciudad», expertos en Arquitectura y Geografía Urbana trazaron un perfil de la Invisible como «un grito» (de desesperación), «una grieta» (en la uniformidad de la ciudad) y una casa que cobija («enseñanzas», entre otras cosas).