Cabe dar inicio a esta presentación, indicando las razones de la elección de este sector de la ciudad para dar comienzo a la experiencia “Diálogos intergeneracionales para la ciudadanía activa”. Diremos en primer lugar, que la ciudad de Valparaíso históricamente ha reposado en 3 núcleos territoriales diferenciados pero dependientes los unos de los otros. El lugar que ocuparon en la estructura socio-productiva los dotó de importantes relaciones intersectoriales: el sector portuario-comercial –Barrio Puerto-, al Este el sector agrario del Almendral –Av. Argentina- y al sur de la ciudad, el sector residencial de Playa ancha de ocupación preventiva luego del terremoto de 1906. Cada espacio definía una localidad en movimiento, integrando a sus habitantes en los hitos propios de la modernización y el conjunto relatos de identitarios que se improvisan en la lógica misma del hacer ciudad.
El paisaje urbano histórico de la ciudad, nos muestra actualmente transformaciones que parecen desacelerar la intensidad de las relaciones intersectoriales antes mencionadas, entendiendo que la declaración del sector portuario-comercial “como patrimonio de la Humanidad” UNESCO (2003) ha sucedido en “sitiar y aislar” la cuenca de origen del resto de la ciudad de Valparaíso. Esta propuesta estética patrimonialista ha dado mayor atención al valor arquitectónico del sitio protegido, reduciendo la humanización de quienes habitan y hacen la ciudad a diario. El habitar de Valparaíso (desde el plan al cerro, desde el cerro al plan y en entre cerros) requiere ponderar la lectura del paisaje desde las perspectivas de asociación de sus habitantes, por tanto, es vital pensar la ciudad en su conjunto –integrada, plural y democrática-, revitalizando barrios emblemáticos como son el Barrio La matriz a un trato distinto, que como testigo privilegiado de las configuraciones históricas la asociación interterritorial podría posibilitar un entendimiento distinto del bien patrimonial, más cercano a su humanización y de mayor participación ciudadana.
Si la UNESCO, ha descrito el patrimonio como, “el legado que recibimos del pasado, lo que vivimos en el presente y lo que trasmitimos a generaciones futuras. Nuestro patrimonio cultural y natural son fuentes insustituibles de vida e inspiración, nuestra piedra de toque, nuestros puntos de referencia, nuestra identidad. Lo que hace que el concepto de Patrimonio Mundial sea excepcional es su aplicación universal. Los sitios del Patrimonio Mundial pertenecen a todos los pueblos del mundo, independientemente del territorio en que estén localizados”. Cabré preguntarse ¿Qué legado se está transmitiendo de nuestra ciudad?, ¿Quiénes lo transmiten?, ¿De qué forma lo están transmitiendo?, ¿Para qué lo transmiten? Desde estas interrogantes nace la propuesta de Diálogo intergeneracional: talleres de educación patrimonial y formación de ciudadanía activa, la que al ser ejecutada en el barrio fundacional de la ciudad de Valparaíso, constituye una propuesta sugerente a las interrogantes antes planteadas, abordando la educación patrimonial como una herramienta critica para la rehabilitación de espacios residenciales saturados por las configuraciones patrimonialistas ligadas al mercado del turismo y de álgida especulación inmobiliaria. En espera que esta experiencia propia de la didáctica del patrimonio pueda ser replicada en otros territorios de la ciudad de Valparaíso y/o otras regiones del país.
La investigación-acción se encuentra aún en curso, sujeta las etapas de ejecución diseñadas. Abordaremos en una próxima emisión los factores contextuales que han moldeado el carácter de la intervención educativa, tanto para los adultos mayores y los estudiantes secundarios del barrio.
